jueves, 11 de junio de 2009

Up

Hace tiempo no escribía, y para ser sincero no tenía ningún plan de hacerlo, pero a veces pasan cosas como esta película fantástica, que obligan a expresarse porque cuando uno la ha pasado bomba dan ganas de invitar al resto a que lo pase igual. Y es que si bien todas las películas de Pixar son buenas y varias alcanzan la genialidad, Up las convierte a todas ellas en una especie de ensayo previo: Up contiene el carisma de los personajes de Toy Story, la emotividad de Monsters Inc, la perfección técnica de Los increibles, la maestría visual de Cars y la precisión narrativa de Wall-E, todo en uno. El resultado es una experiencia memorable y, de paso, la mejor película en lo que va del año.

Los primeros diez minutos de Up son mágicos, no los puedo describir de otra forma, nos presentan a un peqeño Carl Fredricksen con gafas de armazón que idolatra a Charles Muntz, un aventurero desacreditado por un supuestro fraude. Carl terminará conociendo a Ellie, una niña desgarbada y parlanchina que también idolatra a Muntz. En unos cuantos minutos sin diálogo Up nos muestra como Carl y Ellie crecen, se casan, intentan en vano tener hijos y comparten una vida juntos hasta que Ellie fallece dejando un viejo de 78 años desolado y muy solo. De verdad, es uno de los mejores inicios que he visto nunca, pasando de la humorístico a lo emotivo sin apenas esfuerzo, y retratando perfectamente al protagonista de la cinta.

Posteriormente la película no dejará de sorprendernos, pero siempre sabremos perfectamente quien es Carl y porque hace lo que hace: Carl es un viejo gruñon que vive de sus recuerdos, aferrándose a su pasado, y que tiene especial cariño por cada rincón de esa casa en la que fue feliz al lado de su esposa. Carl también es alguien que se siente culpable por no haberle cumplido a Ellie la promesa de ir a vivir al lado de las cataratas del Paraiso en Sudamérica. No es que no haya querido, simplemente la vida no le dejó hacerlo: había que comprar neumáticos y pagar cuentas de hospital y reparar la casa después de las tormentas y todas esas cosas mundanas en las que se va el dinero necesario para cumplir los sueños. Así, cuando las cosas se vuelven insostenibles, Carl finalmente decide cumplir la promesa y escapar de su destino en un asilo atando miles de globos de helio a la casa para emprender el vuelo hacia el sur.

Pero la aventura de Carl no será como él la espera; muy pronto se dará cuenta de que lleva un polizón en la figura del pequeño Rusell, niño explorador rechoncho y vital. Ante la imposibilidad de regresar, ambos empiezan a compartir el viaje, al final del cual terminan en el lado equivocado del acantilado en el que está la cascada de los sueños de Carl. Ahí es donde comienza la verdadera aventura, pues deberán jalar con sus propios cuerpos la casa que aún flota en el aire para colocarla en el sitio correcto. Durante el proceso conocerán un pajaro gigante con apetito de chocolate, perros con collares ultra-futuristas que les permiten expresar sus pensamientos y cuál ha sido la suerte del ídolo de la infancia de Carl... sin mencionar que el anciano aprende que incluso los perros viejos pueden aprender nuevas maromas.

No creo que sea bueno mencionar más cosas del argumento porque esta es una película que merece ser vista y admirada sin conocer demasiado. De hecho, si alguien ha llegado hasta aquí es mejor que lo deje y vaya imediatamente a verla. No se decepcionará, Up es en verdad una película mágica, de esas que ya no se ven mucho en nuestros días, una de esas cintas que nos hacen ver porque el cine es más grande que la vida misma, o más bien todo lo contrario.

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